Columna: Mi problema con el proceso de resolución de proyecto nacional
Escrito por Marco Velez Esquivia
En el proceso para que una película colombiana pueda optar por los beneficios tributarios para los inversionistas y donantes de ese proyecto cinematográfico, uno como empresa productora tiene que solicitar una resolución por parte del Ministerio de Cultura que reconoce a la película como un Proyecto Nacional.
Dentro de los muchos documentos, el Ministerio de Cultura a través de la Dirección de Audiovisuales, Cine y Medios Interactivos, solicita por fuera de los documentos requeridos por la ley (y su decretos) un plan de recuperación. Es tan poco oficial que toca adjuntarlo en documentos adicionales ya al final del proceso, pero es el documento más peleado entre el productor y el Ministerio ya que ellos tienen sus propias opiniones sobre la recuperación de un proyecto.
Cabe decir que el Ministerio no entrega fondos a través de este proceso, solo entrega una resolución que avala el proyecto para poder darle a sus inversionistas y donantes el beneficio tributario, y esta resolución da el valor del presupuesto final, o sea, los topes máximos de inversión y/o donación que puede recibir la película. Es problema del productor como financia el proyecto y como lo recupera (si tiene que hacerlo).
No solamente el problema es pedir un plan de recuperación, sino que el proceso se vuelve de negociación con los asesores del Ministerio sobre este plan de recuperación, el cual, de nuevo, no es un requisito obligatorio y es algo que se inventaron, y donde me he dado cuenta que muchos de ellos no han producido una película y no tienen conocimiento real sobre cómo es la recuperación del cine.
Su conocimiento se mantiene tan antiguo como que piensan que la mayoría del dinero de recuperación de una película independiente viene de las salas de cine. Pero como lo acaban de decir los grandes distribuidores de películas independientes como NEON, IFC y Sony Pictures Classic en Cannes, ya nada es tan blanco y negro.
Lo que la gente no sabe pero yo creería que los asesores que trabajan y revisan los planes de recuperación de un proyecto cinematográfico colombiano, es que el 97% de las películas hechas en todo el mundo no alcanzan a recuperar su dinero. Pero el Ministerio pretende que todas las películas que pasan por allí, pasen un plan de recuperación que asuma que son parte del 3% que si lo hacen.
Estas son cifras no solamente para el mundo independiente, esto es para todo el cine. Si, esto incluye y en especial, a Hollywood.
En mi forma de verlo, el objetivo real del Ministerio a través de la resolución es que las películas se vuelvan una realidad, no necesariamente que recuperen su dinero. No sabemos cuándo exactamente el enfoque cambió ya que nunca hubo algo oficial que mostrara este cambio, pero creo que debería volver al objetivo principal:
Más proyectos = más películas finalizadas = más empleo para el sector = más posibilidades para que las películas sean más exitosas.
Exito significa muchas cosas, no solamente económicamente. Una película que genera empleo para un crew y un grupo de actores, y que genera ingresos para los proveedores tanto directos como indirectos, debería ser considerado por el Ministerio como un proyecto exitoso.
El proceso de solicitar esta resolución no debería ser lo más difícil de hacer una película. Hacer la película, hacer que quedé lo mejor posible y rogar a los dioses del cine para que pueda ser comercializada.
Pero si el Ministerio solo quiere películas que sean su tipo de exitosas, eso va a llevar a los directores a que su objetivo principal ya no es hacer la mejor película posible, sino hacer una película que esté optimizada para generar ganancias.
Por supuesto, es probable que ellos también realmente quieran hacer una gran película... Pero alguien los ha convencido de que ganar dinero con su película es el objetivo final final, así que eso se vuelve la prioridad. O el proyecto no sucede porque no puedes obtener esa resolución, y sin esa resolución no puedes financiar tu película.
Y por supuesto, estoy totalmente en desacuerdo con esa visión.
La ironía, por supuesto, es que cuanto más nos esforzamos por rentabilizar nuestra película, es menos probable que ganemos dinero. Lo que yo he visto, es que a corto plazo los largometrajes impulsados artísticamente no están mejor en términos de rentabilidad, pero ofrecen mucho más potencial a largo plazo.
Hacer películas como carrera tiene que ver con la construcción de una filmografía a través del tiempo. Y a largo plazo, si haces películas honestas motivadas por la creatividad y no por el dinero, es casi seguro que haremos un mejor trabajo porque nuestras películas serán más únicas, personales y valiosas, independientemente de si generan ganancias de inmediato.
Si no, pregúntale a Julia Ducornau. Estoy seguro que Raw no generó una increíble recuperación económica así la película fuera un masterpiece. Pero ahora mira lo que va a suceder después de que ganó la Palm D’Or en Cannes con una película 5 años después: Raw se valoriza enormemente.
Esto sucedió hace 20 años con Quentin Tarantino y ha sucedido con muchísimos directores y productores grandes y pequeños, una y otra vez. Lo que podemos aprender de todo esto es que vamos a crear más películas interesantes y, con el tiempo, habremos construido una hermosa filmografía que es mucho más valiosa que cualquier película por sí sola.
Lo dijo Ted Hope hace poco: estamos en un mundo de cantidad a alta calidad. Pero el Ministerio sigue viendo el cine de la misma manera tradicional de hace 10 años. O peor, como si estuviéramos en los años noventas.
Porque la única forma posible de subsistir en esta industria es a través de una filmografía que pueda generar ganancias reales en el futuro. Porque tu voz y visión únicas es lo que hace que alguien quiera invertir en vos en el futuro, o pagarte mucho dinero para dirigir algo por encargo.
Por eso creo que la conversación sobre recuperación económica de una película con el Ministerio es una conversación que no lleva a nada y que no es el objetivo real de lo que se quiere lograr. Y dentro de esa conversación con ellos, se tiene que divorciar esa parte.
La habilidad de la empresa productora de buscar maneras de financiación es lo que importa aquí ya sean recuperables o no, porque dentro del mismo Ministerio no están conscientes de las muchas maneras diferentes de financiación y por ende, de recuperación.
Toda gran carrera se construye desde un lugar de pura expresión creativa, no de un incentivo financiero. Sean Baker, Director de Tangerine, The Florida Project y Red Rocket, es un gran ejemplo de ello.
Él hizo películas independientes de micro-presupuesto durante una década antes de ganar Sundance con su película filmada con un iPhone, Tangerine. Sus películas no eran comerciales en lo absoluto, y dudo que alguna de ellas (antes de Tangerine) obtuviera alguna recuperación económica real.
Precisamente porque eran personales y únicas, y no comerciales, que llamaron la atención, y él se hizo conocido por su enfoque específico como director. Ahora puede hacer películas con mayores presupuestos y actores conocidos, específicamente porque eso NO fue lo que se propuso hacer al principio.
Y como dije anteriormente, el objetivo del Ministerio no es evaluar proyectos para ver si son comercialmente viables, sino que es la manera para que podamos crecer como artistas a muy bajo riesgo ya que los inversionistas recuperan la mitad de su inversión al invertir en una película y los donantes tienen un incentivo más allá del beneficio tributario al apoyar el arte, la cultura cinematográfica y la carrera de una directora mientras se genera empleo e ingresos a todos los sectores alrededor de la industria cinematográfica.